"Leyendas de Ilo y la Región de Moquegua"


LA CUEVA DE LOS PIRATAS (ILO)

Muchos pescadores cuentan que en uno de los acantilados de la playa puerto Ingles, hay una cueva que está en un lugar de difícil acceso, solo se llega hasta ella por el mar y con equipos especiales. Pero esta parte de le costa Ileña es muy bien custodiada por animales y peces gigantes, por ello es que casi nadie se aproxima.

La cueva de los piratas
Las personas que tuvieron la osadía de ingresar, no todas tuvieron la suerte de salir y las que sí lograron, informaron que dentro existen tesoros que se encuentran allí desde el tiempo de los piratas y que a cada metro de avance, mayores son las posibilidades de encontrar más riquezas, pero al salir, estas disminuyen. Por la ambición de estas personas nunca pudieron salir, se perdieron quedándose a cuidar los tesoros como almas encantadas.

Aquellos afortunados que llegaron a encontrar la salida, mostraron joyas de oro que fueron vendidas a muy buen precio, otros mostraron vestimentas de los corsarios.

Todos estos tesoros, están esperando el día en que vayamos por ellos, pero cuando llegue el momento, no debemos de dejarnos llevar por la ambición porque quizás nunca encontraremos la salida y nos convertiremos en uno de los eternos guardianes de esta misteriosa cueva. 

LA DAMA ENCANTADA (ILO)
La dama encantada

Cuenta la leyenda que cierta vez en el valle Chiribaya de la provincia de Ilo se hallaba un chombo, el cual fue encontrado por un explorador y percatándose que emanaba un olor fétido del mismo.

Al darse cuenta de dicho olor, el explorador decidió abrir el chombo, al destaparlo no pudo soportar la fetidez, perdiendo la conciencia por algunos segundos; al despertar, se topo con una bellísima dama, ella había salido del chombo.

Al cruzar miradas la dama le dirigió la palabra para pedirle que no dijera nada sobre su existencia y a cambio de su silencio le concedería cualquier deseo .

LA HORMA (ILO)

Playa el Platanal en la actualidad
Al norte de la ciudad de Ilo, hay un manantial copioso que desemboca en la playa El Platanal, llamada así porque en su lecho se levantan palmeras a la cual debe su nombre , además de higueras y otras plantas.

Aquí habitaba un pequeño pero aguerrido pueblo perteneciente a la cultura chinchorro. Su vida cotidiana se desarrollaba entre la paz de sus  quehaceres domésticos, los hombres se dedicaban a la pesca, el cultivo y  la orfebrería.

Cuando Wiracocha vino a Ilo a sumar territorios para incorporarlos a su Imperio , tuvo conocimiento de las ricas minas de oro que existían al norte enviando un pequeño grupo de guerreros .
La cueva de los Chinchorros
Debido a la dificultad de acceso a la quebrada El Platanal, no pudieron doblegar a los dueños de casa.

Irritado , el Apu Wiracocha, cuenta la leyenda, voló hacia el lugar y aterrizo cerca al manantial dejando estupefactos a los del chinchorro y sometiéndolos de este modo. Testigo de esto, es que hoy en día se puede apreciar en una roca la horma del pie que el inca Wiracocha dejo al llegar.

LA INDIA MARÍA(ILO)

María la Pastora
En los inicios del valle el  Algarrobal, existía en uno de los fundos una india llamada María. Ella vivía con su madre. Conforme pasaron los años María se convirtió en una persona cada vez mas malcriada y malagradecida. Un día su madre mando a María a pastar las ovejas al cerro y ella no quiso obedecer lo indicado; la madre de la india le increpo su conducta y la muchacha le contesto con una bofetada a su propia madre. La madre de María le dijo que las hijas que golpeaban a sus madres se condenaban. 
María no presto importancia a las palabras de su madre y se fue al cerro, en la mitad del camino María se sintió mal y al poco  rato ella y sus ovejas se convirtieron en piedra; desde entonces podemos observar a María y a sus ovejas en el cerro camino al Algarrobal.

LOS DOS AMIGOS Y LA SIRENA (ILO)

La sirena encantada
Se cuenta que hace mucho tiempo, en el puerto de Ilo, vivía un pescador llamado Alberto, un día salió de faena al mar con su lancha, junto a su mejor amigo de nombre Pío, estando  en alta mar, Alberto  se sintió cansado por las largas horas que navegaba, al llegar la noche y preocupado porque no habían pescado nada, decidieron regresar al muelle Fiscal y desviando la proa, en rumbaron a sus casas. Pasada media hora, ambos amigos escucharon una melódica canción en medio de la noche y el brillo del mar que provenía de un conjunto de rocas.

Ellos pensaron que era el viento con el vaivén de las olas y no le dieron importancia al sonido; remando más despacio, decidió ver que el animal que provocaba tan bello sonido,  divisaron a una hermosa sirena  con cabellos cristalinos, ojos brillantes y con una silueta de mujer inigualable, ella llevaba entre sus manos una varita que daba buena suerte.

Pío se puso a pensar en ese momento en los rumores que hablaban otros pescadores de la suerte y la fortuna que traía la varita de la sirena. Entonces decidió quitarle la varita a la sirena. Antes de hacerlo, la sirena se zambulló al mar, Pío dio un salto, tomó la varita y de otro brinco volvió a la lancha y remando como nunca antes lo había hecho,  se alejó de ese lugar.

Alberto le preguntó el porqué de aquella acción tan peligrosa a su amigo y este le respondió que solo estaba ejercitando los músculos y así en medio de la conversación se dirigieron hacia el muelle.

Estando en el muelle Fiscal se bajaron los dos apresurados para tomar  un café en la casa de Pío.
La búsqueda de la Sirena
Cerca de las dos de la mañana, Pío no podía dormir tranquilo por la acción que había realizado en el mar y mientras pensaba , nuevamente escuchó la melodía, se levanto asustado y miró por la ventana, era la sirena que lo llamaba entre las olas del mar y el oscuro ocaso.

Pío salió a pasear para borrar el miedo que llevaba dentro, se encontró con Alberto y decidió contarle lo que venía ocurriendo todas las noches.

Alberto, le dijo que la última vez que fueron al mar, saltó de la lancha y vio que había cogido algo brillante ¿Qué era? -preguntó- no era nada “dijo Pío".
Sin haberle creído Alberto le respondió: "Esa es la varita de una sirena y mientras tú la tengas te traerá mala suerte; es mejor que la devuelvas antes que pase más tiempo, porque cuando la llegues a tocar, en el Mar te va a pasar algo muy malo".

Después de la conversación, Pío regresó corriendo a su casa, cogió la varita y se fue a tirarla al mar en un lugar muy alejado para que nadie lo viera. Pero en su mala suerte pisó un pozo de agua, de inmediato, Pío se convirtió en una inmensa peña.

El poder de la varita hizo que desde ese día, ese lugar se convirtiera en una piscina natural de aguas quietas y cristalinas conocida actualmente como Puerto Inglés.

EL MISTERIO DEL CERRO BAUL (MOQUEGUA)

Uno de estos es el llamado “Chinchilico”, el cual es descrito como un ser pequeño (duende quizá) que es visto tanto en Cerro Baúl como en otros de las inmediaciones como el cerro Mejía (el cual también alberga importantes vestigios arqueológicos. También la gente de la zona habla acerca del “caballito blanco” el cual podría ser una manifestación “espectral’ del mítico unicornio tan conocido en leyendas antiguas.

Chinchilico o duende
Se dice también que por las noches se observan “lucecitas que caminan los cerros”, fenómeno que podría estar más ligado al tema de los objetos no identificados, ya que por esta zona no solo se tiene registro de avistamientos de objetos o luces desplazándose en los cielos, sino también de la presencia de posibles entidades extraterrestres, tal como mencionaré más adelante.

Un testimonio importante que pude recoger en esta zona proviene justamente de uno de los trabajadores del ministerio de cultura encargado de controlar el ingreso a Cerro Baúl, quien me cuenta acerca de un caso ocurrido el año 2010.

“Ocurrió un día a eso de las 3 de la tarde, vimos que un objeto como un “platillo volador” ha bajado haciendo polvareda en la parte alta de Cerro Baúl, luego empezó a arder y a moverse de un lado a otro y se ha ido en dirección a Cerro Mejía donde se dio la vuelta y luego regreso”.

“Al día siguiente nos dio miedo subir a ver, hemos subido después de 3 días, y lo único que hemos encontrado es como cuando caen rayos en la tierra, así como si la tierra estuviera “cortada” por cuchillo”.

¿De qué tamaño seria ese objeto?
“Era pequeño nomas, quizá menor que un auto”.

¿De qué color?
“Era blanco, todo blanco”.

“Había gente que estaba subiendo el cerro ese día, ellos también lo han visto, dicen que cuando bajo formo como una “carpa en el suelo”, aseguró el testigo.

LEYENDA TORATEÑA (MOQUEGUA)

Cuenta una leyenda que cada noche de luna llena baja del Cerro Baúl un toro arrastrando una cadena de oro a beber agua del río y luego retorna para cuidar los tesoros que hay en ella. Los pobladores se han resignado a no ver al mítico torito por sus valles y solo se conforman con apreciar al que tienen como monumento en la entrada de la villa.

El torito guardián del Cerro Baúl
En Semana Santa y en la Fiesta de las Cruces cientos de personas realizan la dura tarea de subir el Cerro Baúl para hacer pagos a la tierra. También se ve la presencia de curanderos y chamanes que llegan a la cima para hacer sus rituales. Sin embargo, el INC y el gobierno regional están viendo la posibilidad de restringir estas visitas, pues el lugar ha sido puesto en valor y solo se espera la aprobación para ejecutar los proyectos de restauración y conservación.

A través de los años a cobrado mucha fuerza esa leyenda que se trasmite de generación en generación. Por otra parte apartándonos un poco de su realidad histórica, llegamos a nuestros días y por su significado, es poseedor de todo un potencial turístico de grandes dimensiones que se le debe promocionar con la agresividad del caso y se le proporcione la infraestructura necesaria para que sea un lugar accesible y goce de comodidades primordiales al visitante.

Nuestra región tiene mucho encanto con sus leyendas que son parte de la cultura de los pueblos, que fueron transmitidos de generación a generación hasta nuestros días. Los invitamos a leer y descubrir los acertijos que se guardan en cada uno de ellos.

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